Una cabaña en las montañas.

En la penumbra del dolor me he encontrado con la sensación de que ya no me quieres y con la desilusión de que no hay nada que pueda hacer al respecto. Así que, con el corazón afligido debo apartarme de ti.

Esta situación me recuerda a aquel fuego débil que siendo azotado por el viento no tuvo más opción que verse destruido. En otra ocasión esa misma llama se hubiese aliado con la brisa, convirtiéndola en su cómplice y creciendo para hacerse grande e imponente. Tal vez mi vida sea algo similar y la distancia haya borrado los pequeños detalles, haciendo gigantes los problemas. Probablemente tenga que marcharme aún más lejos, para constatar si estoy siendo presa de un capricho o, despertarme, por si se trata de un mal sueño.

Quizá una cabaña en las montañas, apartada de la casa con piso de mármol en la que vive tu recuerdo sea todo lo que necesito para sobrellevar el peso de las lagrimas pues creo que nadie soportaría esta situación.

Mi conclusión es que alejarme de ti y no permitir que mis ojos te vuelvan a ver es lo mejor.

No obstante, si cambias de parecer algún día y el camino de tu decisión gira para que vuelvas a mi, espero que encuentres tal y como dejaste el amor que en su momento te di. Aunque pienso que para entonces ya habrá partido ese joven soñador que te idolatraba y que con noches sin lucero te serenateaba, que cambiaba las tinieblas por firmamentos estrellados y que los adornaba con flores silvestres. Supongo que cuando sepas esto preferirás seguir tu camino y yo me largaré de tu balcón con mi guitarra y los besos que desde la distancia te mandaba.

Por lo tanto, prefiero mudarme de la urbe, pues con una humilde vivienda en la que duerma arrullado por la corriente del río bastará para que no haya nada que nos relacione. La tranquilidad vale más que un carro y aquellas soñadas vacaciones. 

Yo me voy, cariño mío, de tu vida pues sé marcharme cuando soy derrotado y aquí reconozco que perdí la partida y acepto con humildad que esta pena de amor matará a este hombre.

Pero alejarme de ti es lo mejor y no volverte a ver.

Hernán Castillo Madrid.