2020.


Antes que nada quisiera agradecer al Señor por este año que termina y aunque no fue un año fácil, él fue fiel y estuvo conmigo en cada momento de dificultad; gracias por todo lo que me fue enseñado, por llenar mi vida de fuerza y por permitirme llegar de pie hasta este día; gracias Dios.

En principio, quisiera decir que el día de hoy es el ocaso de año 2020, una anualidad llena de contrastes, de luces y sombras, de alegrías y tristezas, sonrisas y lagrimas, pero que también representó muchas bendiciones y prosperidad en muchos aspectos de mi vida.

Puedo asegurar con tranquilidad que en el año del hambre nunca faltó la comida en mi mesa, que en una anualidad llena de dificultades logré terminar mi carrera de pregrado, que en el año de la muerte y de la enfermedad mi familia, mi novia y las personas que quiero están sanas y salvas, en el año donde la hipocresía estaba en el ambiente tuve la oportunidad de agradecerle al cielo por colocar personas increíbles en mi camino y quitar del mismo a quienes no conviene.

Siento que durante este año maduré y crecí un poco más como persona. Aprendí que el dinero no es importante, que prefiero tener pocos amigos y escoger calidad antes que cantidad, que es importante cuidar la salud porque su valor es inconmensurable, que es importante respetar las diferencias porque no todos deben pensar de mi misma forma, que es imprescindible saber los momentos exactos en los que se debe hablar, pero aún más importante saber cuando callar y que es esencial no complacer, ni impresionar a todos, sólo dejarse llevar por lo que dice el corazón.

También pude finalizar estos 12 meses sabiendo que hay actitudes que debo dejar ir este año y tratar de no hacerlas el próximo, como lo es pensar de más, tener miedo al cambio, vivir en el pasado, dejar invadir la mente de pensamientos negativos, tratar de complacer a todos y evitar esas personas que frenan nuestro progreso.

No sobra agradecer a mis padres, por todas sus atenciones y apoyo, son unos guerreros de la vida, luchadores y lo que más anhelo es que la vida me de prosperidad para recompensarles todo lo maravilloso que han hecho por mí, son grandes personas y siempre me han dado valor para salir adelante. A mi inmejorable novia, compañera cariñosa y amorosa que me ha dado mucho amor y comprensión, a ella le debo agradecer por cada uno de sus besos y por acogerme junto con su familia cuando más lo necesitaba.

Declaró que el otro año será el primero de muchos años prósperos y llenos de salud y abundancia para mí y las personas que quiero y aprecio, que mi familia se mantendrá unida y que tendré a mi lado a la mujer que quiero y que mis metas y proyectos se verán reflejados en el nombre poderoso del Señor.

¡Les deseo un próspero año nuevo y venturas para los que vienen! 

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