Alegría y tristeza.
Las noches siempre llegan sin encontrar consuelo a mi dolor, un dolor profundo que desestabiliza el alma y le hace perder el color, al despertar de sueños tan hermosos en los que aún existe nuestro amor.
Pienso que te entregué mi vida de forma distinta a todas las demás, sin importar el ayer, sin importar el qué dirán, sin aterrizar en la preocupación de un mañana en el que no existiera tu amor y creo que ese fue mi error pues jamás imaginé lo que sería de mí si en un futuro me llegaba a faltar tu cariño.
Me dediqué demasiado a ti, viví y suspiré por tu amor y hoy que carezco de él siento como si ya no hubiese aire a mi alrededor. Tal vez por eso me sorprende la fatiga y el desespero de que no estés a mi lado.
Por las madrugadas tengo sueños que me hacen llorar de alegría y tristeza, dos sentimientos que no deberían mezclarse jamás. Siento felicidad al tenerte aunque sea por un momento efímero y tristeza porque en la realidad jamás te tendré. Eso lo que rompe mi corazón que poco a poco pierde, tal vez, la esperanza de amar.
Y nadie más lo entiende, pero no saben que estoy desahogando el dolor, abriendo las puertas para que salga de mi vida el río de la tristeza, pero siento que sus corrientes me llevan con él y lo más probable es que me hagan perderme de lo que en algún momento quise ser. Pero tan sólo son reminiscencias de un cariño que nació en mi cariño de forma pura y que jamás tendrá igual.
No sabes cuanto daría por que me ames como yo te amo, pero será difícil porque lo que siento no cabe ni siquiera en mil corazones. No sabes cuanto quisiera que me necesites como yo a ti, sin embargo, tampoco será fácil porque te necesito tanto como la tierra al sol. Sería el paraíso que me pensaras como yo a ti, pero eso será imposible, porque te pienso cada segundo, cada minuto. Mi mente es un lugar del que no te puedo sacar.
Ruego al cielo que acabe este angustia aunque cuando acabe tal vez habrá muerto aquella felicidad.
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