El día que vuelvas.

Hoy salí a dar un paseo como los que hacíamos cuando estábamos juntos, recordé las cosas que hicimos y tal vez se me escapó una lágrima al extrañarte, por recordar todos los momentos lindos que compartimos.

Desde que te fuiste sólo hago méritos para que vuelvas, he eliminado de mi vida todo lo que te alejó, tus buenos consejos son mi directriz, hago todas las cosas que te gustaban y preparo el té siempre a las 3 a ver si su olor te hace volver.

Dejé de salir hasta tan tarde, ya ni siquiera bebo alcohol, leo todas las noches el libro que me recomendaste y escucho antes de dormir las canciones que me dedicaste. Cuando me siento intranquilo escucho tus notas de voz, siempre me calmó la manera en la que hablabas con amor y cuando tengo estrés pido tu helado favorito y lo como mientras recuerdo tu rostro cuando lo probabas, compongo canciones que te enamoren con la ilusión de que te hagan regresar y voy con frecuencia a la playa que te gustaba a ver si te veo por ahí.

El invierno ha sido duro desde que te fuiste, hace mucho que no veo las flores sonreír, el cine ya no es igual si no cuento con tu compañía y el vino no tiene sabor si no lo tomo a tu lado, incluso ya no tomo café porque no tiene sentido hacerlo si no converso contigo. 

Espero que algún día vuelvas acompañada de la primavera y que yo tenga una razón que te convenza para que nunca más te quieras ir pues no haré nada que te aleje de mi. 

Sin duda he esperado con paciencia el día que vuelvas, imaginando como será cuando te vea de nuevo, contando la cantidad de besos que te daré y las veces en las que te abrazaré. Pero sólo te diré que serán muchos más que los que te dí la última vez porque cuando nos volvamos a encontrar no habrá un sólo día en el que no te deje de amar y en el que te vuelva a enamorar.