Olvido.

Me perdí en el infinito, en las huellas del pasado, me perdí en su sinsentido y desde entonces me he buscado hasta el cansancio, intentado encontrar el momento en el cual me perdí a mi mismo.

Pero nada llena el vacio, siento que la suerte me ha dejado abandonado en el olvido, y en un abrir y cerrar de ojos lo he perdido todo en un suspiro, hasta la esperanza se me ha ido de las manos, incluso mi felicidad se ha marchitado y mi sonrisa se ha destrozado al punto de quedar hecha pedazos.

Soñando con momentos del pasado me quedó dormido, añorando esos recuerdos que ahora solo viven en mi memoria y residen en el olvido, mis lagrimas me delatan y me confiesan cuanto extrañan esos tiempo en los que los problemas eran pequeños y me sentía feliz en mi universo, pero nada ha llenado el vacio de aquél rincón en el que con tan sólo una sonrisa sentía alivio.

Y hoy he tirado mis versos al río olvido, sin importar lo mucho que les haya querido, sin tener el cuenta el tiempo que les dedico, porque los hacía con fervor inspirado en la magia de un cariño, pero ese amor hoy se ha extinguido y mis letras ya no tienen aquél brillo, ya ni siquiera les encuentro sentido. Por eso es mejor arrojarlas al olvido.

Hoy todo se encuentra en deterioro y ya no me siento cómodo con lo que tengo ni tampoco me sacia el deseo y los sueños se han vuelto tan falsos que he preferido no soñarlos y dejarlos a la deriva en un barco que los lleve a donde sean bien recibidos porque yo no quiero saber nada de mis sueños ni mucho menos de lo que ellos piensen al respecto. 

Prefiero escapar y creer que lo que sucede no es la realidad, no darle la cara a la verdad porque siento que la mentira me trata sin crueldad, pero tampoco sana esta herida que se está llevando todo en mi vida. 

Lo he dejado todo, lo he abandonado con tal de no sentir ese vacio y yo me terminé perdiéndome a mi mismo en el infinito con tal de sentirme en un pasado que hace mucho me ha olvidado y mis sonrisas constituyen sólo un recuerdo.

Pero está bien, en ocasiones es bueno perderse para luego encontrarse justo donde todo dejó de funcionar.