Ojos falsos.

Cada noche me despierto afligido pensando en aquellos ojos que soñaba con ver cada mañana al despertar, en los cuales anhelaba perderme en su inmensidad.

Pero la suerte nunca está de mi lado y mi historia siempre tiene un triste final porque me enamoré de unos ojos hermosos, que me cautivaron con ese azul que emanaban con tanto brillo, que me confundían como un poeta principiante, que llamaban la atención por doquier con esa preciosa mirada, que creaban falsas ilusiones en sus pretendientes, que aparentaban un paraíso estando en el infierno.
Aquellos ojos preciosos ya tenían dueño y por más que los sentía míos no me pertenecían, por más que les amara ellos no me corresponderían, pero creía que esos ojos dirigían su mirada hacia mi. 

Por mucho tiempo adorné esos ojos de fastuosas felicidades, de lagrimas de alegría, de miradas llenas un amor de mentiras, pero me hicieron vivir un engaño y en el momento dado todo su falso amor perdió todo su encanto. 
De esta manera ese amor que parecía llegar hasta el cielo resultó ser mi mayor desacierto.

Les entregué todo, mi sueños, mi alma y todos mis días, pensando que ese amor duraría toda una vida, pero realmente me causaron un dolor muy grande, una profunda herida que no sana ni siquiera con el trago más fuerte de tequila pues me traicionaron, me engañaron, me hicieron sentir un infierno en la tierra, me hicieron arrepentirme de cada ilusión que por ellos sentí y fue muy tarde cuando quise alejarme porque ya estaba perdido en su azul tan precioso que sólo ellos tenían.

Una vez desdichado y destrozado por el dolor, me pareció escuchar llantos en la lejanía de mi alma arrepentida de todo el amor que pudo haber sentido por esos ojos de mentiras, que la aves cantaban una melodía triste cuando el sol moría, que la música de fondo hacía contraste con el luctuoso momento en el cual vivía y que los ojos que tanta felicidad ofrecí me pagaban con una aflicción incomparable. 
Fue en ese momento en el que entendí que ya era tarde, que lo había perdido todo, pues me enamoré de unos ojos que nunca dirigieron su mirada hacia mi. 
Por eso juré que nunca más volvería a mirar jamás tus ojos falsos.

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