Loco.

Son tantas las cosas que he evitado decir que podría hacer un libro completo sin exageraciones literarias ni mentiras. Han sido tantas las palabras que he quedado a puertas de pronunciar que ya no puedo permanecer ni un momento más sin expresarte lo que debí haber dicho hace meses atrás.

Confieso que desde que te vi te hiciste dueña de toda mi atención, desde aquella ocasión no he dejado de pensar en ti, de soñarte, de imaginar como sería cada segundo de mi vida si tu estuvieras junto a mi.

Desde pequeño he soñado con un amor que solo ocurren en los cuentos de hadas, de esos en los cuales todo es color de rosas, en los que hay príncipes enamorados de unas hermosas princesas, palacios y una historia de amor casi perfecta. 

Creo que leí tanto estos cuentos que terminé deseando al cielo cada noche que me regalara una princesa con la que todo fuese color de rosas o por lo menos ambos quisiésemos pintar las cosas del mismo color.

Supongo que anhelé tanto una princesa que el cielo no tuvo más remedio que enviarla para zafarse de mis peticiones tan insistentes y molestas. Tal vez esa sea la razón por la cual nuestros caminos se han cruzado en este mundo tan basto. Quizás eso explica porque sueño tan seguido contigo, porque no sales ni un segundo de mi mente, porque te busco por doquier, porque me pierdo en tus ojos cada vez que te veo. Es posible que esta sea la razón por la cual eres tan importante para mi, porque eres la princesa que soñé desde que era tan solo un niño inocente.

Puede que yo este loco o puede que estemos hechos para hacer escribir una historia de manera conjunta. Puede que hayamos sido destinados a  estar juntos desde siempre. 

Quien quita, tal vez sí. 

Tal vez este loco...

Loco por ti, princesa.