Besos amargos.

No sé hasta cuando tu indiferencia durará, hasta cuando frialdad me congelará, pues ya te di todo de mi para que fueras feliz, pero ninguna de mis acciones te llena, nada de lo que hago resulta agradable para ti.  
No sé si has cambiado de opinión y no te vas, si has dejado nuestro tormentoso pasado atrás, si todo lo malo que hicimos de tu mente se borrará, no sé hasta cuando seguiremos fingiendo que nuestro amor es un jardín lleno de hermosas flores cuando en realidad todas aquellas han marchitado.

Es muy triste está verdad, no nos preocupamos por un amor que ya no sentimos, pues tus besos ya no tienen ese delicioso sabor que tanto me encantaba pues ahora tienen un toque amargo y ya no tienen ese gusto que me volvió loco, ni siquiera me miras con aquél cariño que enamoraba y yo sé que lo mismo te pasa conmigo.

Lo mejor es que lo olvidemos todo, yo me olvido de tu risa y de tus ojos, de esa mirada encantadora, de esos besos que me hacían sentir en el cielo, de aquellas fotos que enmarcaron los más bellos recuerdos. Tu trata de olvidar mis poemas, los mensajes de papel que te enviaba en la escuela, lo mucho que te decía que me encantabas y todos los escritos que hice contemplando tu mirada. Sé que suena difícil, pero es mejor a seguir forzando un cariño que pronto se quedará en el olvido.

Me duele decir todo lo anterior, no estaba preparado para tener que olvidarte pero jamás verás mi sufrimiento porque seguiré hacia adelante sólo con los buenos momentos que vivimos y me perderé en mis mentiras hasta que encuentre todas las verdades que nos llevaron hasta aquí y me olvidaré de todos tus amargos besos.

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