Afrontar la realidad.

Han sido largas y constantes las noches que hemos permanecido alejados a pesar de estar a centímetros de distancia, son noches en las que no cruzamos palabras, en las no nos miramos, en las que a nuestra relación se le acabó el amor.

Hoy ha llegado el momento afrontar la realidad, de reconocer que este amor ha llegado a su final pues ya no es igual al cariño con el que todo comenzó. 

Es doloroso para mi decir las siguientes palabras, pero lo mejor para nosotros será poner fin a todos estos años de aquella bonita relación.

Han sido tantos los momentos que hemos compartido que me rompe el corazón tener que abandonarte, pero no podemos seguir siendo farsantes, aparentando tener una relación feliz cuando la realidad es que la felicidad para nosotros hace tiempo dejó de existir.

No nos entendemos, nuestras discusiones son frecuentes, las caricias son prácticamente inexistentes, ya nada de lo que hago te hace feliz y a mi me incomoda nunca verte sonreír. Con tantos problemas era inevitable que la despedida llegara.

Estoy muy triste, no quisiera dejarte ir a pesar de qué sé que es lo mejor para los dos, pero no pienso seguirte teniendo en un lugar donde ya no hay amor, ni comprensión. Solo quisiera pedirte que me recuerdes con el primer poema que te escribí, ese que decía que sin importar la distancia, los problemas o las dificultades siempre ibas a ser importante para mi, fue una promesa que te hice y que quiero cumplir pues no obstante a que hoy termine todo entre los dos siempre serás la mujer que yo más quiero y la que siempre estará en lo más profundo de mi corazón.

Ve, persigue tus anhelos, sé que encontrarás a alguien con quien todo marche mejor, con quien no haya tantas discusiones ni malos entendidos. 

Siempre desearé lo mejor para ti, siempre te tendré presente y velaré por tu bienestar desde la distancia pues debo irme ya que a fin de cuentas no pude hacerte feliz, no supe estar a la altura de tu alma.

Llegó la hora de decir adiós, gracias por toda la felicidad que en su momento le obsequiaste a mi vida, me quedaré con el gran amor que sentí por ti y con todas las risas que a tu lado compartí. 

Espero de todo corazón que tengas una vida llena de alegría sin mi.