Mis deseos.
El
tiempo ha pasado volando, se fue en un abrir y cerrar de ojos un año en el que
literalmente he tenido de todo, algunos fracasos, uno que otro problema,
algunos logros, razones de festejo, motivos de tristeza, celebraciones y
desdichas. En general, ratos saboreando la miel y algunos otros la hiel.
Pero
los momentos buenos fueron más frecuentes que los momentos nefastos,
uno de esos momentos satisfactorios en particular es especial para mí, pues fue
el día en que te conocí o aprendí a entenderte mejor y he de decir que has sido
uno de los mayores regalos que me obsequió este año que lentamente se despide. Por
esta razón, quisiera compartir mis deseos para contigo de cara al año nuevo que
se acerca a saludarnos.
En
primer lugar, quisiera desearte lo mejor por el resto de tus días, que este y
todos los años venideros estén llenos de bendiciones y buenas vibras, que todas
tus metas se hagan realidad, que yo pueda estar en primera fila observándote
mientras obtienes tus triunfos, que nunca nada opaque a tu radiante sonrisa, que
tus seres queridos siempre gocen de excelente salud y felicidad, que seas tan radiante
que alumbres a las estrellas, que los ángeles siempre caminen a tu lado, que
nunca recorras senderos oscuros que ennegrezcan tu voluntad, que la felicidad
siempre esté de tu lado y la suerte siempre juegue a tu favor, que de ningún modo tu
sonrisa deje de alegrar mis días.
También
deseo que los momentos que comparta a tu lado continuamente estén llenos de
risas, que mi amor esté eternamente dibujado en tu corazón, que por nada del mundo te
entristezcan mis acciones, que me disculpes por mis errores, que algún día
pueda bajar una estrella del cielo para que dártela a manera de agasajo, que
seas la inspiración de todos mis poemas, que nunca se apague el brillo de
nuestras miradas, que no se vaya la duda de mi mente de relacionarte con la
realidad o la fantasía por lo mágico de tus ojos, que nunca dejes de ser mi
consentida, que jamás pares de robarte todo mi amor, que por el resto de mis
días siga sintiendo las mismas mariposas en el estómago de cuando te vi por
primera vez, que nuestra relación no tenga fecha de caducidad.
Ha
sido un año complejo, una anualidad en la que he aprendido a valorar las
pequeñas cosas, a entender que la felicidad no está contenida en el dinero, ha
sido difícil desprenderme de mi ego y mi arrogancia, pero he aprendido la lección, no he sido el mejor, sin embargo, el
destino me premió con la mejor mujer que un hombre podría anhelar, a la que sin
titubear volvería a escoger, la que le pido a cielo que me permita tener
perpetuamente a mi lado.
Te amo. Gracias
por compartir conmigo este año que se va y espero estar junto a ti todos los
años que vendrán.
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