Paciencia.

He de disculparme si te molesta que te hable de mi amor por ti en reiteradas ocasiones. Sé que me has pedido varias veces que olvide el tema, que ya no te escriba más cartas, que borre tu nombre de todos los versos que te he dedicado, pero me resulta difícil dejar de hablar de tu belleza pues con tan solo verte se vienen a mi mente deseos de ver en letras loas que elogien tu celestial belleza y aunque en ciertas ocasiones me ignoras y te fastidia que te alabe tanto, te pido que tengas paciencia pues a diario le pido al cielo que me quieras como yo te quiero.

Tu me has dotado de este natural impulso que pide a gritos hacer apología a tu belleza, pues te has convertido en mi musa, fuerte inspiración.

Eres la mujer más hermosa que mis ojos han visto, no hay nada más bello que tus ojos, no hay nada más precioso que tu sonrisa, ningún diamante brilla con tanta lindeza, ni siquiera la miel es tan dulce como lo es tu mirada, nadie como tu enloquece mi alma y la hace dar brincos de felicidad con tan solo verte pasar.

Tan solo necesito tiempo, para que me veas con los mismos ojos llenos de amor que te veo yo, para que me quieras de la manera tan inmensa en la cual te quiero yo, para enamorarte de esta forma tan loca como yo me siento enamorado, para asegurar que nunca termine nuestro amor, para demostrarte que mi encanto por ti es para toda la vida, sin fechas de caducidad ni limites en el tiempo.

Ten paciencia, no te afanes por irte o por quedarte, porque las cosas se den o desistan pues eres el amor de mi vida y siempre correré para llegar al lugar donde te encuentres. 

No te enojes por mis escritos pues no los elaboro yo, los hace el amor que por ti siento, aunque comprendo que tanto enaltecimiento puede llegar a exasperarte.

Sin embargo, no dejaré de escribirte cartas, no borraré tu nombre de ninguno de mis versos pues mis letras no tienen sentido si no hablan de tus besos.