Te encontré.

Un ángel del cielo me ha visitado en sueños, me ha mostrado mi futuro y ha compartido conmigo la felicidad que tendré por aquellos días, también me ha enseñado las personas que vivirán junto a mi lado esos días de gran alegría y en mis sueños te he visto a ti, la mujer que siempre he deseado.

Tienes la misma mirada envolvente que dormido aprecié, la misma sonrisa encantadora que desde el primer momento me enamoró e idénticos ojos cafés que desde aquella siesta me han quitado las ganas de dormir.
Eres la misma muñeca que en el futuro mi esposa será, la misma princesa que con su dulzura me hace pensar que de tu no estar yo te buscaría en cualquier lugar y es que no me canso de mirarte y de agradecerle al cielo por haberme dado a la mejor mujer del mundo para compartir el resto de mi vida a su lado.

Tengo plena confianza que contigo encontré el amor de mi vida, que he encontrado a la mujer que por tanto tiempo había deseado y es que en este mundo loco, lleno de personas vacías y momentos efímeros cuento con pocas oportunidades para hacer realidad mis anhelos y tu eres el mayor de todos ellos. Por esa razón no te dejaré partir ahora que te tengo justo en frente, ahora que tengo la certeza de que eres tu mi alma gemela haré hasta lo imposible para cultivar el amor que quiero que en un mañana florezca a mi favor. 

No sé porque la vida te puso en mi camino, no sé porque te has portado tan bien conmigo sabiendo que no he sido alguien bueno, pero ahora te adoro y cada día te amo más.
Me enamoró tu sencillez, me cautivo la dulzura de tu sonrisa y la manera tan tierna como me observas mientras converso contigo.

No te quiero mentir, realmente consumo mucho de mi tiempo pensando en ti, no puedo resistir verte sabiendo que te tengo cerca, el simple hecho de sentirte a centímetros de mi llena a mi alma de alegría, tu calor llena de felicidad mi vida. Eres un ángel que cayó del cielo, el motivo por el que le ruego al cielo a diario para que algún día me quieras tanto como yo te quiero.

Hoy no me imagino vivir sin ti, no concibo un día en el cual tu sonrisa no endulce mis sueños, te has convertido en la armonía de mis canciones y el equilibrio de mi vida.
Te encontré y te has convertido en mi luz, mi realidad, la mujer a la cual quiero llevar al altar. 
Has dejado de ser mi sueño para ser la figura encantadora con la que me encuentro cada día al despertar.

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