Paladín.

He sido un hombre victorioso, he ganado en todo lo que me he propuesto, he triunfado en las situaciones más difíciles a las que un hombre podría enfrentarse. Gracias a eso en una de mis casas hay una pared llena de diplomas, acompañada de un estante repleto de trofeos y menciones honorificas, pero mi mayor orgullo es decir que he besado tu labios, que soy el dueño de tu corazón y que me he ganado tu amor a base de mucho esfuerzo.

Fue una noche de gala en la cual aceptaste mi amor, me encontraba en la primera fila esperando el reconocimiento a mi esfuerzo, a mi perseverancia y a todas las oraciones que le hice a Dios implorándole por ti.
Y cuando por fin recibí el honor a mis hechos canté victoria al ver que tu hermosa sonrisa me permitió la entrada a tu alma. 
Desde ese día tu espíritu es mi trofeo, tus besos medallas que recibo con distinción y tus abrazos son títulos que acreditan mi señorío sobre tu corazón.

Soy el ganador de un amor sincero, que desborda cariño, de un cuerpo lleno de belleza y de una sonrisa que emana ternura. 
Triunfé, prevalecí frente a los demás nominados ganando tu cuerpo y la gloria pero, por encima de todo lo demás, gané muchos años a tu lado. 
Soy el máximo exponente de tu amor, lo obtuve con alabanza, con espera y con calma. 

No fue fácil llegar hasta aquí, el camino ha sido arduo y lleno de altibajos, pero tu, mi musa, vales todos los sufrimientos, tu belleza no tiene comparación con nada en la faz de la tierra.  
El italiano Da Vinci se quedaría corto dibujando tu preciosa figura, quizás el gran maestro García Marquéz lograría hacer una aproximación, una descripción casi exacta de tu rostro tan hermoso, pero 100 años no le bastarían para que le cuente al mundo lo linda que es tu sonrisa.
Nada ni nadie está a tu altura, nada se compara con apreciar tu desnudez y sentirse embelesado con tus encantos.

A pesar de que poseo todas las causas honorificas, mi homenajeada siempre serás tu.
Escribo con frecuencia y mis escritos son elogiados por los críticos y los mejores escritores, pero ninguna de mis historias se compara con las letras que escribo en tu piel todas las noches.

Tu eres mi premio más valioso, mi alma se regocija al estar en el podio de tu vida, ser el campeón de tu sonrisa es mi mayor triunfo. 

He sido un paladín incansable, noble caballero que ha luchado con esmero y valentía por el amor de su reina y a pesar de que las mujeres me admiran y que soy el favorito de muchas, solo tu eres mi doncella. Sin importar mis reconocimientos soy yo el que se siente afortunado por tenerte en su vida ya que ninguno de mis méritos me hace sentir tan orgulloso como el hecho de saber que tu estas en mi vida.

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