Una foto y un libro que cuenta nuestra historia.

Encontré en mi teléfono una foto que nos tomamos hace varios meses, al parecer el destino quería que la viera para que me diera cuenta de como ha cambiado todo y de lo difícil que ha resultado para mi. 

Ver esa imagen de los dos trajo recuerdos felices, me hizo pensar en todas las cosas que pasaron, en todos los abrazos, los besos, las caricias, las sonrisas, la felicidad. 
Mi sonrisa en aquella foto no puede ser más grande, tu rostro risueño no puede verse más tierno y alegre. Lo tenía todo y no me daba cuenta, el tiempo se pasó volando y no tuve noción de él, era feliz y no lo sabía. 
Lo peor es que parte de la culpa cae sobre mis hombros por acciones indebidas que cometí, hoy lo siento y me arrepiento. 

Ya no nos tomamos fotos, no salimos como antes, no somos tan unidos, más bien estamos muy distanciados en comparación a un tiempo atrás y me he dado cuenta que perdí el tiempo buscando conseguir algo que ya tenía a tu lado, pero hoy, que te tengo tan lejos, debo reconocer que he llorado en silencio tratando de asimilar esta realidad en la cual, por más que lo quiera, por más que insista, no podré estar a tu lado, sin importar que no puedo dejar de soñar contigo.
A pesar de eso no me he cansado de imaginarte a mi lado y mantengo una pequeña esperanza de algún día ser tu pareja. 

Mis amigos me dicen que abandone este sueño, que puede que no quede nada más por hacer, pero me rehúso a tirar por la borda mi gran anhelo, aunque no sé que tengo que dar, hacer o no hacer para poder sostener tu mano y tener la certeza de que todos tus besos me pertenecen. 

Esa foto que vi movió paginas de un libro que, por más que quiera leer, debo dejar quieto en el estante, pero ese mismo libro cuenta una historia tan interesante, donde estoy con la mujer que me gusta, donde la hago feliz, donde caminamos juntos de la mano por un sendero donde todo es hermoso. 
Esa historia me motiva a no rendirme, a no dejarte ir tan fácilmente, a querer hacer de todo contigo pero también me recuerda dolorosamente que tan solo soy tu amigo y que por mis decisiones erróneas nos encontramos en este punto.

Después de unos días sigo sentado al lado de tu puerta, ha llovido un par de veces, pero me mantengo aquí con la ilusión de que algún día abras esa puerta de tu corazón para entrar en él y demostrarte que puedo hacerte muy feliz.

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