Infiel.

A mis oídos han llegado comentarios negativos de ti, no quería creer ninguno de ellos pero tus acciones me han hecho cambiar de opinión. 
No me mientas, por favor. No cambies con mentiras las respuestas a las preguntas que te haré. Quisiera que, aunque sea por un momento, seas sincera conmigo.

La noche en la que mis dudas sobre tu fidelidad aumentaron te llamé con mucha insistencia, tenía la esperanza de que contestaras el teléfono pero todos mis intentos fueron en vano pues nunca respondiste ninguna de mis llamadas. 
Me sentía olvidado por ti, la verdad, estaba tan triste que no quería hablar con nadie. Sin embargo, un amigo se conmovió de mi situación y me invitó a comer para que me olvidara de mi pena tan siquiera por un momento pero el destino había preparado todo un plan para que viera tu traición con mis propios ojos. 
De tal suerte que mi amigo y yo terminamos en el mismo restaurante en el cual te encontrabas.
No podía creer lo que mis ojos apreciaban cuando llegamos a aquél sitio... Todo se sabe en esta vida, que tristeza...
Vi cuando tomaste su mano, cuando él acarició tu rostro, cuando besó unos labios de los que ingenuamente me creía dueño.
Tu brindabas con copas de champán, con una sonrisa, acompañada de una persona que en el pasado te hizo sufrir y sin cargo de conciencia por la tristeza que yo tenía por saber que tu ya eras feliz con alguien más mientras fingías que también lo eras conmigo.
Por mi parte solo agaché la cabeza caminando hacia la salida del lugar y pidiéndole a mi amigo con la voz quebrantada que me llevara a mi casa. 

A partir de hoy renuncio a tus caricias, a tus besos y a la poca sinceridad de tu amor pero siempre tendré un recuerdo especial de ti en mi alma. Prefiero engañar a mi corazón diciéndole que te has ido lejos para que no cambie la buena imagen que tiene de ti.

Puedes quedarte con la casa, con el carro, con las joyas pero principalmente quédate con todos los sueños que yo quería realizar a tu lado porque a partir de este momento yo seré quien se irá abandonando todo lo que construimos. 
No pienso quitarte todas las sonrisas que te obsequié.
Solo me llevaré en mi memoria los buenos momentos que compartimos juntos, empuñado en mi mano derecha el anillo de compromiso que te iba a regalar y en la izquierda un vaso lleno de whisky con el que le doy una cálida bienvenida a una nueva vida libre de engaños y le doy una fría despedida a una vida a tu lado llena de mentiras. 

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