Pero no quisiera ser yo.

Sabes, no podré acompañarte al viaje que querías ir. 
No me he sentido muy bien por estos días y la verdad no puedo seguir más. No puedo hacer parte de esto.

Siéntate si quieres saber mis razones, hay una copa de champán en la mesa servida para ti, para tener este difícil dialogo:
No entiendo el juego que quieres tener, no tengo la costumbre de jugar con los sentimientos de los demás. Un día me haces creer que vamos por un camino feliz, al otro me demuestras que te da igual hablarme. Prefieres irte a otras ciudades de fiesta que pasar una noche conmigo. 
Cada día que pasa siento que vamos en caída libre directo a un vacío donde no estaremos juntos.

Lentamente el frío entra por las ventanas y tu silencio es cada vez más persistente. 
Quizá uno de nosotros deba levantarse de la mesa e irse, pero no quisiera ser quien se vaya porque tengo la esperanza de que podamos llegar a donde he soñado aunque hoy mi tristeza hace que me vea obligado a romper el hielo.

Sé que he sido el causante de que estemos separados, mis ganas de hablarte y de estar contigo ya no son las mismas pero todo esto es producto de tus actitudes tan confusas que no hacen más que entristecerme. 
Cuento los segundo que aún te puedo ver, tal vez después de esta charla no vuelvas a los lugares que solíamos frecuentar.

Existe la posibilidad de que me arrepienta, lo sé, es patético, mi fuerza de voluntad es poca frente a tus hermosos ojos, pero antes que eso pase y uno de los dos deba arriesgarse e irse, te diré que no estoy muy seguro de mi decisión y puedo considerar retractarme de lo que dije en esta conversación.

Comentarios

Entradas populares