Estuviste en mi mesa.

Hacía mucho tiempo que no pensaba en todo lo que pasó hace ya unos años...

Muchos amigos me han dicho que te has expresado de una manera no tan cordial de mí, que tus publicaciones en las redes sociales indican que te has vuelto a enamorar y que lo único que pretendes con tus acciones es llamar mi atención.
He tratado de no decir nada al respecto, he tratado de no decir cosas inapropiadas en situaciones equivocadas. 
La verdad no quisiera que mis amigos pensaran de manera errónea que aún pienso en ti, pero cambié de opinión y creo que lo mejor es decir que ya fue suficiente, no pienso más en ti y todo lo que tuvimos es simplemente un libro que ambos leímos y guardamos en un estante viejo, un estante que tiene algo de telarañas.

No estoy en una relación, no porque siga pensando en ti, lo hago por la simple razón de reencontrarme conmigo mismo y recuperar todo lo que dejé en un camino que debí parar de recorrer.
Perdí a muchas personas prefiriendo a otras que no iban a estar para toda la vida, ese fue mi error.


He escaldo la montaña de la vida con un gran peso, pero desde que te fuiste siento que mi carga se ha aliviado. Ya no me preocupo más por aquellas situaciones que han de ir y venir como el viento que recorre el planeta en el que vivimos.

Estuviste en mi mesa, donde muchas veces brindamos pero hoy esa mesa tiene muchos asientos vacíos, uno de ellos es el que alguna vez ocupaste, sin embargo, tengo la convicción de que la vida en su libre transcurrir se encargará de llenarlos. 

Me encuentro solo en el trono de mi humilde Castillo, sin una reina a mi lado, pero no me afano por tener a alguien ocupando aquel lugar porque en el ajedrez el rey es la ficha más importante y el partido se gana a pesar de que la reina haya perdido su corona. 

Comentarios

Entradas populares